El Poder de las Emociones: Un Viaje a Través de Modelos para Comprender y Gestionar el Mundo Emocional
- Takun Ltda
- 24 ene
- 5 Min. de lectura

Este artículo busca ofrecer una visión amplia y profunda sobre algunos modelos emocionales y cómo, podemos utilizar estos enfoques para facilitar un cambio transformador y lograr los resultados que buscamos. Las emociones son el motor de nuestra vida, y entender cómo gestionarlas es uno de los caminos más poderosos hacia el autoconocimiento, el crecimiento y la felicidad.
Emociones
Las emociones son una de las fuerzas más poderosas en la vida humana. Nos impulsan, nos guían y, muchas veces, nos desafían a enfrentar la realidad de manera más directa.
Como coach MCC, he tenido la oportunidad de acompañar a muchas personas en su proceso de autoconocimiento, y a menudo me encuentro con una constante: la forma en que las emociones son percibidas y gestionadas tiene un profundo impacto en la calidad de vida y en el crecimiento personal.
La pregunta, entonces, es ¿cómo entendemos las emociones? ¿Cómo las gestionamos y, lo más importante, cómo podemos transformar aquellas emociones que nos limitan en poderosas fuentes de motivación y aprendizaje? A lo largo de los años, diversos modelos han surgido para explicar el funcionamiento de las emociones. Cada uno de estos enfoques aporta una visión particular, y a través de su integración podemos comprender de manera más profunda la naturaleza emocional humana.
Te invito a explorar brevemente algunos de los modelos que podemos utilizar para ampliar nuestra mirada y tomar conciencia respecto del poder de las emociones en nuestra vida cotidiana.
1. El Modelo Ontológico del Lenguaje: Emociones como Acción Lingüística
El modelo ontológico del lenguaje propuesto por Rafael Echeverría ofrece una perspectiva radicalmente diferente sobre las emociones. Según este modelo, las emociones no son algo que simplemente "nos sucede" de manera pasiva. Por el contrario, las emociones son acciones lingüísticas que surgen de nuestros juicios e interpretaciones sobre el mundo.
Es decir, cada vez que vivimos una experiencia, no solo la percibimos de manera sensorial, sino que la interpretamos a través de un juicio. Ese juicio genera una emoción. Si interpretamos una situación como una amenaza, por ejemplo, nuestra emoción será el miedo. Si, por el contrario, la vemos como una oportunidad, experimentaremos entusiasmo.
Este modelo pone en evidencia que somos los responsables de nuestras emociones. Es nuestra forma de interpretar lo que “nos” ocurre, lo que las genera. Este concepto es profundamente liberador. Nos da el poder de cambiar nuestras emociones simplemente modificando nuestras interpretaciones. No somos víctimas de lo que nos ocurre, sino que tenemos la capacidad de crear nuevas realidades emocionales a través del lenguaje y el juicio.
Como coach MCC, este enfoque me permite trabajar con mis coachees para que reconozcan sus juicios limitantes y los desafíen. De esta forma, las personas pueden pasar de ser observadores pasivos de su mundo emocional a ser creadores activos de su experiencia emocional. La clave está en comprender que somos lo que decimos que somos.
2. El Modelo Constructivista: Emociones como Construcciones del Cerebro
El modelo constructivista de las emociones, desarrollado por Lisa Feldman Barrett, lleva esta idea de creación emocional un paso más allá, adentrándose en la neurociencia. Según Barrett, las emociones no son reacciones preprogramadas ante estímulos del entorno, sino que son construcciones del cerebro. Cada vez que nos enfrentamos a un estímulo, no es que el cerebro simplemente reaccione, sino que crea una emoción a partir de patrones anteriores, prediciendo lo que podría ocurrir y generando una respuesta emocional que se ajuste a lo aprendido en experiencias pasadas.
Este modelo destaca que el cerebro, lejos de ser un receptor pasivo de estímulos, es un creador activo de emociones. Las emociones, por tanto, no son fijas ni automáticas, sino que son dinámicas y flexibles. Pueden cambiar según el contexto, las experiencias previas y las predicciones que el cerebro haga sobre el futuro.
Este enfoque es clave para el trabajo de coaching, ya que muestra que las emociones pueden ser moldeadas al intervenir en los patrones mentales y las creencias que el cerebro utiliza para interpretar la realidad. Si cambiamos nuestra manera de pensar sobre una situación, cambiamos la emoción asociada a ella. Esto ofrece una poderosa herramienta para modificar el estado emocional de las personas, permitiéndoles estar más presentes y ser más adaptativos ante los desafíos de la vida.
3. El Modelo Construccionista: Emociones como Creaciones Sociales
El modelo construccionista, propuesto por Catherine Lutz, introduce una dimensión crucial: la cultura. En este enfoque, las emociones no son universales ni biológicas, sino que son el resultado de construcciones sociales y culturales. Lo que una sociedad define como "tristeza", "ira" o "felicidad" puede ser completamente distinto en otra cultura. Las emociones no solo son influenciadas por lo que nos ocurre internamente, sino también por las normas, valores y creencias que predominan en la sociedad en la que vivimos.
Este modelo destaca que las emociones no son universales ni biológicas, sino que están fuertemente marcadas por las estructuras sociales. Cada cultura tiene un conjunto de reglas emocionales que guían cómo se deben expresar, sentir y vivir las emociones. Al entender esto, podemos liberarnos de algunas de las emociones que hemos internalizado como "normales" solo porque provienen de un contexto cultural específico.
Como coach, este modelo me invita a explorar cómo las creencias sociales y culturales pueden estar limitando o condicionando las emociones de mis coachees. A veces, solo reconocer la influencia social sobre nuestras emociones es suficiente para empezar a cuestionar y cambiar ciertos patrones emocionales que ya no nos sirven.
4. El Modelo Alba Emoting: Emociones a Través del Cuerpo
El modelo Alba Emoting, desarrollado por Susana Bloch, nos introduce en un enfoque profundamente práctico y corporal. Según este modelo, las emociones no solo se experimentan a nivel mental, sino que tienen un patrón físico asociado en el cuerpo. Cada emoción, ya sea tristeza, ira, miedo o alegría, se manifiesta a través de movimientos faciales, respiración y posturas corporales específicas.
Este modelo ofrece técnicas concretas para activar y regular las emociones de manera física. Al practicar respiraciones profundas, movimientos específicos o cambios en la postura, podemos modificar nuestro estado emocional de manera inmediata. Por ejemplo, si queremos experimentar calma, podemos practicar respiraciones profundas y una postura relajada. Si queremos sentir energía o motivación, podemos adoptar una postura expansiva y de apertura.
El trabajo corporal es una herramienta poderosa en el coaching. Muchas veces, el cuerpo y la mente están desconectados, y no somos conscientes de cómo nuestra postura y respiración están influyendo en nuestra emocionalidad. El modelo Alba Emoting nos invita a reconectar con el cuerpo a través de la respiración y a utilizarlo como una herramienta de transformación emocional.
5. Integración de los Modelos: Un Viaje Hacia la Autocomprensión y el Empoderamiento Emocional
Si integramos estos modelos, obtenemos una visión más completa y multifacética de las emociones. Las emociones no son solo algo biológico, ni tampoco simplemente una respuesta automática. Son construcciones mentales, sociales y corporales, que podemos gestionar, modificar y transformar al comprender cómo se originan y cómo se manifiestan en nuestro ser.
Como coach MCC, mi misión es ayudar a mis coachees a tomar conciencia de cómo sus emociones se crean y cómo pueden utilizarlas a su favor. Los modelos que hemos explorado ofrecen herramientas poderosas para gestionar las emociones desde múltiples perspectivas: cambiar el juicio, reestructurar los patrones mentales, modificar la expresión corporal y cuestionar las creencias sociales.
La clave para el cambio está en la conciencia. Solo al ser conscientes de cómo nuestras emociones se forman podemos empezar a ejercer influencia sobre ellas. Al integrar estos modelos en el proceso de coaching, los coachees pueden aprender a utilizar las emociones como aliadas para su desarrollo personal, en lugar de como obstáculos. Las emociones son un reflejo de nuestras interpretaciones, nuestras predicciones y nuestras relaciones sociales, y cuando comprendemos esto, podemos tomar un papel activo en la creación de nuestra experiencia emocional.
Sergio Auad Pemjean Coach MCC
Supervisor de Coaches
Mentor Coach ICF
Director Programa Gestión Emocional en el Deporte
Director Programa Alba Emoting &Coaching Profesional
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